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Greek Salad Snack

Ha llegado el #díadelaensalada en Twitter y yo aprovecho para hacer una ensalada que me encanta, la ensalada griega, eso si tomándome todas las libertades.

Mi propuesta es una minibrocheta de ensalada griega, con ingredientes fáciles de encontrar, por eso he sustituido la aceituna kalamata por aceituna negra deshuesada. No es lo mismo, ya lo sé. Tampoco nos traslada a las callejuelas de Atenas o a las maravillosas playas griegas. Pero concentra en un plato todo el frescor, la luz y el sabor del Mediterráneo.

Aunque es más laboriosa (pero muy sencilla) de hacer, esta brocheta resulta visualmente muy atractiva y fácil de comer. Además por las características de sus ingredientes, la podemos preparar un par de horas antes si que se estropee. y añadirle el aliño cuando vayamos a servirla.

Ingredientes: (para cuatro personas)

Para hacer este snack, hemos necesitado:

– 200 gr. de tomates cherry

– 1 pepino

– 100 gr de queso feta

– 1 lata de aceitunas negras deshuesadas

– Aceite de oliva, vinagre, orégano y sal para el aliño

– Palitos para brochetas

Realización de la brocheta: Aunque los ingredientes van en crudo y no importa que tengan diferentes tamaños, para procurar que quedasen lo más parecidos posibles unos a otros hemos tomado como medida los tomates cherry. Una vez que teníamos cortado en trozos los ingredientes, los hemos ensartado en la brocheta siguiendo el mismo orden en cada uno de ellos.

Preparación de la vinagreta: Una vinagreta sencilla con un toque de orégano, mezclamos los ingredientes y la servimos en un bol con una cucharita. Vamos aliñando cada brocheta a medida que nos la vamos comiendo.

Cake de queso feta y tomates secos

La primera vez que escuché hablar de los cakes salados fue leyendo a El Comidista, cuando publicó su receta de bizcocho salado de nueces, pera y queso azul. Me quede con la copla porque me gustaba la idea pero no llegaba el momento de hacerlo. El gusanillo me volvió a entrar cuando Marga (@ChMarga) vino de Paris tras pasar allí la Nochevieja contando todas sus experiencias gastronómicas en la capital francesa. Se había convertido en chef ayudante de la maravillosa fiesta de Fin de Año de la que había disfrutado. Y, por supuesto, en el bufé que organizaron había cakes de todo tipo. Así que, decidí no posponerlo más e iniciar una búsqueda de la receta adecuada para hacer mi cake. Los ingredientes los iba a decidir en función de las existencias de frigorífico, como tantas otras veces.

Como os podéis imaginar hay cientos de recetas en los fantásticos blogs gastronómicos que podemos leer en la Web. Había que decidirse y elegí las proporciones de la receta que nos propone Aromas de vainilla y canela. Fue todo un acierto, quedaron jugosos y muy sabrosos. Y con una presencia espectacular. Así que me fui corriendo a anotar la receta para que no se me olvidase ningún detalle.


Los ingredientes que he utilizado para hacer estos pequeños cakes son:

– 2 huevos
– 125 gramos de harina
– 50 gramos de queso feta
– 50 gramos de tomates secos
– 70 gramos de leche
– 60 gramos de aceite
– 1 sobre de levadura
– sal

En primer lugar tenemos que hidratar los tomates secos. Para ello los sumergimos en agua templada y los dejamos allí unos 20 minutos mientras vamos preparando la mezcla del bizcocho. En un bol batimos los huevos, el aceite y la leche. Después tamizamos y vamos mezclando manualmente la harina y la levadura. Queda una masa suave, ligera no demasiado espesa.

A continuación, troceamos en dados, de un centímetro aproximadamente, el queso feta y los tomates secos. Los añadimos a la masa repartiéndolos de manera homogénea.

Precalentamos el horno a 180ºC.

Cubrimos los moldes individuales de silicona con un poco de harina para que después sea más fácil desmoldarlos, aunque esto no suele presentar problemas. Repartimos la mezcla entre los moldes, aproximadamente dos tercios de su capacidad y horneamos durante 20 minutos colocando la bandeja en la posición 2.

Encendemos el gratinador y colocando la bandeja en la posición 3, gratinamos durante 5 minutos. Sacamos del horno y dejamos templar durante unos minutos antes de desmoldarlos.

Los podemos servir como un primer plato acompañado de una vinagreta de tomate y huevo duro o como un delicioso aperitivo para tomar mientras nos sentamos a comer.