En la entrada anterior hablaba de mi paseo por Castaño del Robledo, en la Sierra de Aracena. Pero no os conté como acabó el día. Al llegar a casa traía casi un kilo de níscalos y no sabía cuanto durarían sin cocinarlos.
Como al día siguiente era lunes, y tocaba trabajo desde bien temprano, decidí prepararlos sobre la marcha para que no se estropeasen. Hice una receta bien sencilla, níscalos al ajillo. Sigue leyendo